Ayer domingo quedamos unas amigas a tomar un café en una cafetería monísima del centro de Madrid, (se llama UN Y 2 en la calle libertad no me acuerdo del número) Y ya sabéis como son estas cosas cada una cuenta sus historias, los peques, los coles, los maridos, el trabajo y en esta charla salió el tema de los piojos, nos acordábamos de lo que nos hacían nuestras madres para quitar o evitar que nos contagiaran de piojos, cada una contaba una historia, desde el agua super caliente con vinagre que dejaba un olor insoportable que quizá prevenga los piojos, pero nadie quería acercarse a menos de 10 metros de ti. lo que te hacía sentir como una infestada sin tener piojos, la mayonesa en la cabeza para quitarlos que después se quedaba el pelo como si no lo hubieras lavado en toda la vida, el zumo de limón que ninguna lo habíamos escuchado antes. Al final el premio a la madre más radical con los piojos había sido la de nuestra amiga y mi socia en este proyecto Iziar, su madre escuchó que había piojos en el cole y al llegar a casa la dijo ven al baño y la corto el pelo como un chico, ahora Iziar se ríe cuando lo cuenta, pero recuerda que de pequeña lo pasó fatal porque todo el mundo pensaba que era un chico y fue un verano horrible en el pueblo de sus abuelos hasta que le creció el pelo de nuevo y volvío a ser una chica.
Resumen de privacidad
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
